LaLis una lagartija sin igual
En una esquina peligrosa de Avenida Guido, vive una lagartija muy hábil y rápida, tiene su guarida en una alcantarilla que justito en la entrada tiene dos plantitas. Cuando alguien sea humano o animal pasa por allí, saben ciertamente que vive Lalis la lagartija más experimentada en velocidad de zona oeste, de una ciudad llamada Castelar dónde se corren las carreras más famosas de lagartija y dónde el peligro automovilístico es mayor a lo conocido.
Las calles están plenamente invadidas con automóviles de todos los tamaños y colores que confunden a las lagartijas que se desplazan con astucia y habilidad a toda hora esquivando peligros.Todos los sábados por la noche, al encenderse las lámparas y faroles de avenida Guido, acuden grupos de lagartijas a la plaza del lugar, llamada “Plaza del Puente” justo en el lugar ubicado entre la cancha de fútbol y los aparatos de gym; allí dónde un camino delimitado de cemento negro hace de pista de carrera para las lagartijas corredoras.
En una de esas noches dónde el rocío comienza tempranito a pintar con pequeñas gotitas todo. Estaban Todos los animales, perros, gatos, pájaros, roedores e insectos del lugar, convocados para una de las carreras del día, para alentar a sus favoritas.
Lalis se llevaba siempre todos los aplausos, pues era la ganadora invicta desde hacía más de tres años., según dicen: “corre siempre para alcanzar su meta, su sueño”; pareciera que tuviera efecto nitro pues redobla sus fuerzas para llegar exitosa y ser aclamada por sus fans, con mucho orgullo y algo de altanería, pues de cierta manera se creía superior a sus compañeras. Algo ocurrió, esa noche de carrera. Se alinearon, como siempre cinco lagartijas, entre ellas Lalis. A la voz de largada todas salieron velozmente disparadas con la adrenalina verde.
Pasó cierto tiempo y cada una fue tomando un lugar de orden, como siempre ocurría Lalis a la cabeza en el primer puesto. Muy orgullosa cuando por un momento giró su cabeza hacia atrás, ella quería ver quién la estaría por alcanzar…Ahhhh!...¡ops! ¡ay! ¡Ay!¡ay!¡ay!¡ay! pum…pum! Chass!...al piso rodando como una pelotita de tenis, afuera de la pista fue a parar Lalis, tropezó con sus mismas patitas.
Casi todos los presentes se acercaron a Lalis, para saber si estaba lastimada, si se encontraba bien.
Lalis muy decepcionada sólo decía:-Tranquilos amigos estoy bien, sólo triste por perder. Se incorporó con su cabeza inclinada y sus ojitos brillantes de angustia y vergüenza, camino hacia un costadito de la pista y allí se quedó. La carrera prosiguió y llegaron el 1er. 2do 3er. Y 4to.puesto con sus premios ramos de yuyitos, menta y romero. Y una nuez acaramelizada para la ganadora con su medalla respectiva.
La lagartija Peris quién era amiga de Lalis, ella al recibir sus premios quiso que Lalis se los entregara; así que la llamaron coreando su nombre:-¡Lalis!, Lalis, Lalis! Y dejando la tristeza y la frustración por lo ocurrido en el piso, se levantó y corrió feliz acudiendo al llamado junto a su amiga Peris. Le dijo:-¡Aquí estoy! Y ¡soy feliz de estar a tu lado, en este bello momento! Peris muy contenta con su actitud le contestó:-Yo también al ver que le diste más importancia a la amistad que a lo que te ocurrió a ti. ¡Eres mi favorita! ¡Qué honor que seas quién me da el premio! Lalis respondió muy asombrada:- ¡festejemos! ¡Sí! ¡Arriba campeona!
Y Así fue como desde esa noche Lalis perdió su orgullo y aprendió a compartir los logros.
Avenida Guido lugar de lagartijas corredoras, veloces y muy amigas.
Viviana Vèlez © todos los derechos reservados
La estrella que se reía de sí misma
Cierto día una estrella que brillaba intensamente en el cielo azul de una ciudad cualquiera, se descubrió en el reflejo del mar…
Cada noche como perfecta rutina, se contemplaba en el mar y orgullosa improvisaba muecas diferentes con su cara...-¡Jajajaja!...ahora ¡cara de enojada!....qué divertido!.. jejeje!...carita de asombro!....jijiji! ojitos chinos!...jojojo! cara de osoooo! Jujuju!...cara de susto!...y asì cada noche creaba juegos y muchas risas con su reflejo en el gran mar…
Tanto se divertía y sus risas se dispersaban en el silencio de la noche…que al reir, destellos luminosos salìan de sí y tanto resplandor continuo despertó la curiosidad de las demás estrellitas del lugar. Comenzaron a observarla con muchísima atención…
Decían:-¿qué hace que despliega tanta alegría? ¿Cómo puede reír tanto estando sola? …
Todas pensaban y murmuraban… ¿qué será que la divierte tanto…qué le provoca emoción y alegría? Sin embargo ninguna de las estrellas se atrevía a preguntarle. Sólo la miraban…e inevitablemente se contagiaban de sus risas, comenzaron a imitarla y disfrutaban la alegría…sonaban risas como ecos sin fin…
Fue así como cada noche en aquella ciudad cualquiera, con el mar de testigo; los peces también afectados por tantas risas y alegría desbordante…comenzaron a saltar para curiosear que sucedía allá arriba...en el cielo. Preguntaban:-¿de dónde vienen tantas risas? ¿Qué está pasando…?
¿Esta música es tarantella?…escuchen… Y sí efectivamente las risas eran tan armoniosas que sonaba a tarantella.
Jajajaja!-jejejeje!-jijijiji!-jojojojo!-jujujujuuuuu! Y así…causaba mucha emoción…alegría y ganas de danzar!...
los peces, las estrellas de mar, los pulpos, las caracolas, y todos los seres que tenían vida , eran invadidos por esta melodía mágica de felicidad; saltaban y se balanceaban al ritmo musical… el impulso era tan fuerte que no tenía límites hasta el amanecer... Las noches habían cambiado en esa ciudad cualquiera…ya no eran las mismas.
La tarantella celestial de una estrella única y ocurrente transforma a cualquiera que visita esa ciudad. Tan sólo basta escuchar… que el cuerpo solito comienza ¡a danzar!...
VivianaVèlez © todos los derechos reservados
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